miércoles, 14 de diciembre de 2016

MÉXICO ES UN PAÍS RACISTA



En México existe un tipo de folclor en el que si usted alguna vez ha visitado un mercado tipico mexicano la siguiente frase parecerá familiar, una frase sin mucho que remarcar: 


“¡¡Pásele güerita(o), pásele!!”.


La del mercado, es una forma primitiva de mercadotecnia que invita al cliente haciendo halagos a la supuesta plusvalía (sea ésta real o inexistente) de su color de piel. Esta estrategia puede ser objetiva o no, porque aunque uno no sea güerito(a), al parecer al marchante(a) siempre es chido que le distingan de sus connacionales con halagos que lo diferencien del grosso moreno de la población.




Hay otras expresiones muy comunes que pueden resultar un poco más ofensivas, frases que en primera instancia no lo parecen, pero que tienen mucho en común con la primera: “Pinche indio”, “Pinche naco”, “Hijo de la chingada”, etc. 





Este comportamiento es una herencia colonial del racismo que se practicaba en la región hace más de 500 años en un sistema de clasificación tan vasto como ridículo.


Pinche es nuestra forma de enfatizar un adjetivo o un sustantivo y agrandarlo a su superlativo mas enfático y si es posible, más denigrante. 
Indio: se remonta al error que Colón cometió al ‘descubrir’ América al pensar que había llegado a las Indias. Indio refiere al indígena o a las poblaciones que originalmente ocupaban el territorio americano antes de la llegada de los europeos en el siglo XVI. 

Hoy día, indio es la forma mexicana de decir que eres poco sofisticado y perteneciente a una clase inferior de los diferentes estratos sociales de la sociedad mexicana.
Naco: es una palabra más compleja con un sinnúmero de significados pero con fines prácticos la podemos definir como ‘de poco gusto’.  
Hijo de la chingada’ es uno de los indultos supremos del argot mexicano, refiere al abuso sexual que la figura máxima en el ámbito social del mexicano, la madre, o tu madre, sufrió al momento de tu concepción. 
Todas estas definiciones evocan al mismo fenómeno: ser prieto en México es estar ‘chingado’.

A través de los años y después de haber recorrido varios contextos sociales se puede, puedo decir que México, es un país, más racistas.
Alrededor del 60% de la población es mestiza (mezcla de genética europea e indígena de la Mesoamérica precolombina), otro 30% es reconocido como de ascendencia indígena y tan sólo un 9% de orígenes europeos


Cuando se prende la televisión, tanto en los comerciales como en los programas producidos a nivel nacional, prácticamente sólo se ve gente de rasgos europeos y tez blanca. De vez en vez aparece las mujeres que hacen la limpieza y que tienen pinta de mexicanas promedio, pero no hay que ir más allá, ésas son las que salen en su papel de figura materna sobreprotectora, confidente íntima de la princesa del castillo cuando ésta ha dejado la cuna.
Nos venden el sueño, nosotros de pendejos se los seguimos comprando, comprando el pinche espejito y la cuencas sin valor de la aspiración, mientras nos tragamos el tamal y nos tomamos el atole de su dedo.
1.  Cuando sea presentado al recién nacido de su amistad coméntele: ¡No mames wey, que morenito(a) salió tu bebé!
2.  Pregunte a su interlocutor: ¿Tienes ascendencia Tlaxcalteca, Oaxaqueña, Zapoteca, etc.? Te ves muy Auctoctono? 
3.  Abra la conversación con un comentario tal como: “Yo pienso que México es un país racista”. Observe como de manera inmediata el comentario es ignorado y la audiencia cambia de tema.
4.  Cuando alguien haga referencia sobre lo adecuado/bonito/pertinente sea algún producto anunciado en la televisión, haga notar a su interlocutor que el producto/servicio en venta nunca lo hará verse como las personas que participan en el anuncio.
5.  Haga mención en lo ridículo que nos vemos los mexicanos con nombres extranjeros, especialmente los nombres anglosajones o europeos sacados de la televisión. Nombres como Oliver, Alex, Jonathan, Brandon, Britney, etc.
6.  Cuando critiquen Halloween, recuérdele(s) que Navidad no se inventó en Tecamachalco.
7.  Hágale saber a su interlocutor que la Guadalupana es una mezcla bizarra del sincretismo expresado en disfrazar un ícono con otro, en este caso, la virgen María de los españoles católicos blanquitos y el paganismo de la cultura indígena con la diosa Tonantzin, morenatza de corazón.
8.   Indique cuando exista el abuso frecuente de anglicismos en una conversación de español mexicano, sobre todo cuando ésta está dotada de un acento fresa. Comunique a su interlocutor que su inseguridad se refleja en la falta de vocabulario de su lengua materna.
9.   Recuerde a sus interlocutores que la variación del color de la piel se debe principalmente a un pigmento llamado melanina, el cual sirve principalmente para disipar la radiación UV a la que somos expuestos. 
10.  Cuando su interlocutor insulte a alguien usando el apelativo de ‘indio’ en cualquiera de sus manifestaciones de manera peyorativa, recuérdeles que el/ella no es ningún(a) duque/duquesa de Borgoña. Seguramente no sabrá donde se encuentra Borgoña.



- Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado.
Octavio Paz

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